NACIONALISMO: La Patria organizada para el rescate de su SOBERANIA

PARTIDO NACIONALISTA DE PUERTO RICO
MOVIMIENTO LIBERTADOR

lunes, 27 de diciembre de 2010

Declaración de la Asamblea Nacional del Poder Popular

Desde hace varios días en el campus de la Universidad de Puerto Rico, en Río Piedras, cientos de estudiantes puertorriqueños protestan contra la imposición del aumento de la cuota de matrícula en ese alto centro de estudios.

Los jóvenes puertorriqueños, que defienden su acceso a la educación como un derecho humano fundamental, han sido reprimidos violentamente por la policía y muchos de ellos han resultado heridos o detenidos en cárceles de ese país.

Este no es un hecho aislado; ya en años recientes los estudiantes y jóvenes puertorriqueños han tenido que levantarse contra similares injusticias y han sido igualmente reprimidos y encarcelados.

Las comisiones de Relaciones Internacionales, de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología y la de Atención a la Niñez, la Juventud e Igualdad de Derechos de la Mujer, de la Asamblea Nacional del Poder Popular, ante tan salvaje respuesta policial, que se produce con la complicidad de las autoridades coloniales de esa hermana nación, consideramos un deber elemental denunciar la extrema situación que enfrentan esos jóvenes y reclamar la solidaridad de todos los pueblos, organizaciones de Derechos Humanos y parlamentos del mundo para exigir el cese de la represión y la garantía de la integridad física de los manifestantes.

Hagamos posible poner fin a esta injusticia contra nuestros hermanos puertorriqueños.



Comisión de Relaciones Internacionales
Comisión de Educación, Ciencia y Cultura
Comisión de Atención a la Juventud y la Niñez

La Habana, 22 de diciembre de 2010

martes, 21 de diciembre de 2010

MENSAJE AL PUEBLO DE PUERTO RICO DE JÓVENES EN LUCHA

Querido pueblo de Puerto Rico:

En los pasados meses hemos escuchado estridente e insistentemente al señor Luis Fortuño y a algunos de los miembros de su administración, cuestionar, criticar, e incluso intentar criminalizar la presencia de organizaciones y jóvenes de izquierda en las diferentes luchas que se desarrollan en el país, particularmente en la huelga de la Universidad de Puerto Rico.


Por este medio, algunas de las organizaciones y jóvenes de esa izquierda tan mentada por el gobierno queremos manifestar que: nuestra presencia en estas luchas es legítima y necesaria, ya que nuestras creencias fundamentales nos obligan a tomar acción frente a la injusticia llevada acabo por los poderosos en contra de los menos poderosos, que somos la mayoría de la población. Al señor Fortuño y sus secuaces les encanta hacernos parecer monstruos, y se aprovechan de que muchas personas no conocen verdaderamente lo que significa eso de ser de “izquierda”, para amedrentar e infundir el terror en la población de nuestra isla, para así lograr su proyecto político. Por tal motivo, deseamos expresar y aclarar algunas de las creencias básicas que compartimos. Como jóvenes de diversas organizaciones y filosofías de izquierda, creemos:


· en una educación pública y de excelencia, accesible a todos los sectores de nuestra población;


· que la educación es la mejor herramienta para el desarrollo económico y social de un país, además de ser una de las principales armas para la prevención de muchas de las problemáticas sociales que hoy nos aquejan;


· que la libertad de expresión y la protesta son derechos humanos que ningún gobierno tiene la potestad de limitar o de negar;

· en la conservación y protección de nuestros recursos naturales;

· que los servicios de salud de calidad deben ser de amplia disponibilidad para el pueblo, sobre todo para los más necesitados;

· que todos los habitantes de la nación deben tener acceso a una vivienda segura y digna.

Porque creemos en estas, y en muchas otras reivindicaciones, las organizaciones y jóvenes de izquierda siempre hemos participado, participamos, y seguiremos participando activamente en las diversas luchas en contra de la injusticia sufrida por nuestro pueblo.

Mientras las administraciones gubernamentales de todos los partidos continúen insistiendo en la construcción de un gasoducto nocivo a la salud del pueblo y del medio ambiente; en la restricción de nuestras libertades civiles; en la demostración de poder excesiva y la brutalidad policíaca; en la persecución y criminalización de la disidencia y de la juventud; en la destrucción de nuestra educación pública a todos los niveles; mientras continúen utilizando estrategias para continuar dividiendo al pueblo, tal como el reclutamiento a través del engaño de jóvenes de comunidades marginadas para que trabajen como mercenarios en contra de otros sectores; mientras continúen insistiendo en ignorar la opinión del pueblo cuando se manifiesta para expresar su repudio a las acciones y actitudes antes mencionadas, no se merecen el privilegio de gobernar, y nosotros haremos todo lo posible para impedir que lo hagan.

No es una tarea fácil, pero los/as jóvenes de izquierda estamos resueltos a combatir, utilizando todos los medios a nuestro alcance. La tiranía, el totalitarismo y la corrupción que se cierne sobre nuestra patria y que amenaza con despojarnos de todo lo que nos representa y nos unifica como nación. ¡No se lo vamos a permitir!

¡Que le quede claro a este y a todos los que aspiren a gobernar este suelo, que mientras le sigan dando la espalda a las necesidades del país, nosotros/as seguiremos combatiendo y dándoles el frente! Nuestra agenda no está oculta, a diferencia de la de ellos/as, sino todo lo contrario: vamos a impedir que una minoría de acaudalados (afrentaos) prive a las amplias masas populares de lo que por derecho propio nos corresponde.

Finalmente expresamos nuestro total repudio por el abuso criminal de la Policía de Puerto Rico cometido en el día ayer contra jóvenes universitarios de los Recintos de Carolina y Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico. Exhortamos al pueblo a contribuir en esta lucha para ir al RESCATE DE NUESTRA UNIVERSIDAD. NO A LA OCUPACIÓN POLICIACA.

Dado en San Juan, Puerto Rico, a 21 de diciembre de 2010.

Este comunicado está firmado hasta el momento por las Juventudes del Frente Socialista, MINH, J-23-MAS, Partido Nacionalista, la FUPI, la Nueva Escuela y compañeras/os en su carácter independiente.


Contactos:
Angélica Acosta (787) 449-2838
Jocelyn Velázquez (787) 368-3983
Mari Olga Juliá (787) 241-2818

jueves, 16 de diciembre de 2010

Comunicado de prensa de la Secretaria de la Juventud Nacionalista

A continuación la comunicación de apoyo que la Secretaría de la Juventud Nacionalista enviara a las organizaciones estudiantiles y juveniles amigas de Latinoamérica.

"Por este medio hago un llamado desde Puerto Rico para informar la triste situación que hoy vivimos los jóvenes y estudiantes puertorriqueños. La derecha de nuestro país ha implantado nuevamente medidas severas y fascistas, utilizando la violencia y el reaccionarismo para callar un pueblo que exige respeto y dialogo. Los estudiantes de Puerto Rico (al igual que en Inglaterra y Grecia) están en pie de lucha ante la implantación de una cuota de $800 que se nos hace imposible pagar. La administración no está abierta al dialogo y solo repudian las medidas democráticas que son las  herramienta de lucha en nuestro proceso huelgario. La brutalidad policiaca, la administración y el sistema corrupto, ya han nos atropellado nuestra dignidad como pueblo. Un pueblo que exige su libertad política y económica para un bienestar colectivo. Ni un abuso mas.

Hacemos un llamado a todos y todas las organizaciones de izquierda de Latinoamérica que se unan en solidaridad con Puerto Rico a demostrar su apoyo a los estudiantes puertorriqueños en nuestra  lucha por la justicia y la educación.

Puerto Rico cuenta con Latinoamérica, hagan ruido hablen de nuestro caso, lleguen a la embajada yankee, lleven pancartas en solidaridad con la Universidad de Puerto Rico."

Karen Armstrong
Secretaria Juventud Nacionalista

Declaracion de apoyo a los universitarios

El Partido Nacionalista de Puerto Rico se une a los legítimos reclamos de los estudiantes de la Universidad de Puerto Rico. 

La Administración de la UPR se ha empeñado en la implementación de la política oficial del gobierno de Fortuño de desmantelamiento de las instituciones que son patrimonio de la Nación Puertorriqueña.

El gobierno de Puerto Rico ha desarrolla una estrategia de manipulación que en el caso de la UPR se define en la ecuación "problema--reacción--solución". En este sentido las autoridades  creado situaciones de vandalismo para culpar a los universitarios con el fin que la opinión publica sea quien pida la aplicación de medidas de seguridad y políticas en perjuicio de las libertades de reunión y expresión.  Con esto han justificado la intervención de la policía y la ocupación cuasi militar del centro docente más importante de Puerto Rico.

El solo propósito de esto es el de crear las condiciones en la opinión publica para que acepte las políticas neoliberales y de entrega y venta del patrimonio nacional a manos privadas.


Recordamos a todos los puertorriqueños que las situaciones que la política oficial del gobierno y de sus títeres en la UPR son similares a las que se dieron durante los años '30 que como bien se sabe culminaron con la Masacre de Ponce.  Alertamos al pueblo a no permitir que se repita los sucesos del 1935, defendamos a nuestros estudiantes que representan nuestro futuro.

Hacemos responsables a la administración colonial de Fortuño y secuaces por cualquier acto de violencia que se dé en la UPR.  El primer acto de violencia lo han cometido las autoridades al movilizar la Fuerza de Choque.

El Nacionalismo Puertorriqueño está en alerta ante la situación actual y hace un llamado a su militancia y a todos los buenos puertorriqueños amantes de la democracia a apoyar a los universitarios y a movilizarse a los predios de la UPR para demostrar su apoyo.            

Es menester de todos y cada uno de los ciudadanos respaldar a nuestros estudiantes quienes en si representan lo mejor de nuestra Nación y el futuro de esta. 

¡APOYA LOS ESTUDIANTES DE LA UPR! ¡DEFIENDE NUESTRO FUTURO!

JUNTA NACIONAL

Francisco Torres                                            Aleida Centeno
Presidente                                                      Secretaria General

viernes, 10 de diciembre de 2010

DON PEDRO ALBIZU CAMPOS: MAESTRO Y APÓSTOL*

por Ovidio Dávila



La celebración de la Jornada Latinoamericana por la Independencia de Puerto Rico en homenaje a don Pedro Albizu Campos, el 12 de septiembre de 1961, exactamente 49 años atrás, constituyó la primera conmemoración pública del natalicio del Maestro y Apóstol de la lucha por una patria libre puertorriqueña.


Como parte de las actividades llevadas a cabo ese año, en ocasión del septuagésimo cumpleaños de Don Pedro en vida, el Partido Nacionalista de Puerto Rico auspició la publicación del libro Albizu Campos y la independencia de Puerto Rico, escrito por su esposa doña Laura Meneses. De esta obra se realizaron cuatro ediciones simultáneas: tres en español, en La Habana, San Juan y Nueva York, y otra en inglés, también en Nueva York.

El artista gráfico Carlos Raquel Rivera diseñó e hizo la tirada de un cartel alegórico al evento, el cual destaca una magnífica impronta facial serigráfica del caudillo revolucionario boricua.


Todo lo concerniente a aquella actividad inicial, incluyendo la fecha del natalicio, se realizó siguiendo cuidadosamente las directrices impartidas a esos efectos por doña Laura desde la ciudad Nueva York, donde ella residía en ese momento como miembro de la delegación de la República de Cuba ante la Organización de las Naciones Unidas. Incluso, el presidente del Partido Nacionalista en ese momento, lo era Luis Manuel O’Neill, esposo de Rosa Emilia Albizu Meneses, o sea, el propio yerno de Don Pedro Albizu Campos.


Al despuntar en ese momento la década de los 1960, comenzaba una nueva época convulsa y dinámica de grandes luchas contra las injusticias y por los derechos civiles a nivel mundial y, por lo tanto, de unas condiciones mucho más favorables y un terreno mucho más fértil para propulsar la lucha por la independencia de Puerto Rico: la Revolución Cubana, el surgimiento de nuevas naciones independientes en África y en las Antillas, la creación del Comité de Descolonización de las Naciones Unidas, el resurgimiento de movimientos de liberación nacional, como el Sandinista, en Nicaragua, así como las guerras de guerrilla que propulsaría el Ché en África y en la América Latina, particularmente en Bolivia, la Guerra de Viet Nam y el surgimiento de grandes movimientos en contra de esa guerra en todo el planeta y la masiva resistencia civil y estudiantil contra el servicio militar obligatorio en los Estados Unidos, la Marcha sobre Washington del Reverendo Martin Luther King, la agitación militante de las Panteras Negras y el desarrollo de numerosos y continuos enfrentamientos raciales de violencia urbana (los famosos “riots”) en las principales ciudades de los Estados Unidos, las cédulas de acción comunal y afirmación patriótica puertorriqueña de los Young Lords en Nueva York, las acciones clandestinas de los Montaneros, Tupamaros y Sendero Luminoso en Sur América, el surgimiento del bloque de Países organizados como los No Alineados, la guerra librada por el movimiento constitucionalista de liberación nacional de Fausto Caamaño contra la intervención militar yanqui en Santo Domingo, el Frente de Liberación Nacional de Palestina, el fortalecimiento de la Internacional Socialista, la reactivación y las acciones del Ejército Republicano Irlandés, el surgimiento de la ETA en España, etc., etc., etc.


Mientras, Albizu Campos prisionero, agonizaba, se moría.

Por lo tanto, más que conmemorar el día de su nacimiento, lo que debemos celebrar, homenajear y recordar cada 12 de septiembre es la vida y la lucha avasalladora que libró el gran patricio ponceño contra el monstruo imperial del Norte (sobre el cual ya el visionario Libertador Simón Bolívar había advertido en cuanto al peligro que representaba para nuestra América) bajo condiciones y en momentos sumamente difíciles y extraordinariamente adversos; lucha que haría a Don Pedro Albizu Campos merecedor de aquel emotivo y conmovedor «homenaje de admiración y agradecimiento» que le extendió el comandante Ernesto “Che” Guevara, durante su mensaje como Delegado en Misión Especial del Gobierno Revolucionario de Cuba ante pleno de la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1964. Allí, ante todas las delegaciones de todas las naciones del planeta, el Ché proclamó a Don Pedro Albizu Campos como «símbolo de la América todavía irredenta» y como «patriota que dignifica a nuestra América».

Y es que el apostolado de Don Pedro Albizu Campos se basó en una vida de total compromiso, absoluta abnegación y profundo pensamiento libertario. Fue la suya una vida de tal entrega y dedicación, que el gran escritor y pensador mexicano José Vasconcelos la comparó como la de un mismo santo.


Pero lo maravilloso e impactante de Don Pedro Albizu Campos es que él logró proyectar su mensaje de liberación patria, así como el desarrollo de su misión de orientación revolucionaria, en el transcurso de tan solo tres cortos segmentos de presencia y acción histórica: de 1930 a 1936, de 1948 a 1950 y de 1953 a 1954. Sumados estos brevísimos lapsos, tenemos apenas 9 años de verbo encendido y orientador, y de contacto directo con su pueblo. Fueron años duros de una lucha emprendida y sostenida con escasos y humildes recursos humanos y materiales.


Albizu Campos no contó nunca con ni con mecenas obsequiosos, ni con el apoyo económico y material del gobierno de país o bloque ideológico internacional alguno. Albizu Campos y su movimiento de liberación nacional, se enfrentaron solos contra el imperio político y económico de mayor poder militar que jamás ha conocido la historia y en el momento de su máxima influencia y prestigio en el mundo. Conocida es la triste realidad que el resto de su vida —hasta su angustiosa muerte, por lenta y cruel tortura física y mental, ocurrida en abril de 1965— Albizu Campos la pasó estando preso, desterrado, torturado, vilipendiado, mudo, paralítico y aislado de su pueblo en las cárceles Atlanta y de la Princesa.


Y es durante esos breves períodos de presencia histórica y de contacto con su pueblo, en los que Albizu Campos protagoniza su papel histórico de un David ante un descomunal Goliat: denunciando, acusando, organizando, dirigiendo, promoviendo, desafiando, conspirando, agitando, arengando, combatiendo, entrenando e impartiendo disciplina y organización militar.


A nivel internacional, Albizu Campos logró que la Organización de las Naciones Unidos le otorgara al Partido Nacionalista de Puerto Rico un asiento como observador en el departamento de las organizaciones no-gubernamentales de dicho organismo. Ello le permitió llevar el mensaje de liberación del pueblo de Puerto Rico y mantener informadas a todas las delegaciones de ese organismo mundial sobre nuestro caso colonial.


Pedro Albizu Campos, este huracán pensante del Caribe, exigió a los suyos lo que él mismo supo aportar y ofrendar en palabras y en hechos: una vida de abnegación y desprendimiento total de todo bien material. Su reclamo de valor y sacrificio está sintetizado muy claramente en la célebre sentencia del Maestro: Podemos en la alucinación del amor propio, creer haber hecho mucho. No hemos hecho nada. Porque el patriotismo no es el amor propio, sino el amor patrio.


El sabio pensador y escritor cubano, Jorge Mañach, pudo sintetizar, en una sola frase exclamativa, el doloroso y sacrificado apostolado de Albizu Campos, a quien siempre consideró como su mentor y padre intelectual en el ambiente académico de la Universidad de Harvard en la cual ambos coincidieron. A raíz de la Revolución Nacionalista de 1950, cuyo impacto trascendente estremeció hasta los arrogantes mármoles de la capital imperial de Washington, declaró Mañach entonces: ¡es terrible echar una pelea con las fuerzas que todo lo pueden: la cárcel, la muerte, la torsión de la fama!


Sí, la torción de la fama de los valerosos por parte de los infames. De ahí viene el refrán aquel que advierte que de los buenos quedan pocos y desacreditados. Aquí, en Puerto Rico, la campaña del sistema contra Albizu Campos, por supuesto, ha sido y sigue siendo feroz y todos los grandes recursos con que cuenta el régimen colonial (la prensa, las escuelas, los colegios, las universidades, las fundaciones, etc.) han estado siempre a la disposición y al servicio de la torción de la figura de don Pedro Albizu Campos.


Es por eso que no es fácil ni resulta conveniente, bajo el sistema colonial que sufrimos, bajo este régimen de intervención militar, política, económica y social absoluto por parte del presidente y del Congreso de los Estados Unidos que nos subyuga, conmemorar y rendir tributo y homenaje en su natalicio a la figura rebelde e indomable de Don Pedro Albizu Campos.


Claro está, lo que sí es muy fácil y muy conveniente en el Puerto Rico manejado por los capataces y mayorales al servicio de una intervención imperial extranjera, es prestarse para combatir, atacar y distanciarse de las ideas y principios del patricio ponceño, del dirigente revolucionario que organizó aquí, en plena intervención, la resistencia combativa a los desmanes del poderoso gobierno imperial de los Estados Unidos en Puerto Rico.


Aún así, ahí está la obra de valor y sacrificio de los discípulos del maestro y apóstol Don Pedro Albizu Campos, que han escrito páginas y capítulos enteros de gloria en la historia de nuestra lucha por la libertad y la independencia de Puerto Rico.


La obra de don Pedro Albizu Campos no se basó en el ofrecimiento ni en la repartición de cargos, empleos, favores, parcelas, viviendas, becas de estudios, etc. Albizu Campos tampoco buscó jamás poner una faja de billetes en la mano a nadie para comprar su conciencia. Albizu Campos jamás se prestó para hacer el papel del esclavo mayoral aquel que en las antiguas haciendas de caña, repartía el bacalao (de ahí viene la expresión), casuchas aparte, más cómodas que los hacinados barracones, saliditas románticas nocturnas, catres, colchonetas, ropa, sandalias, ron y tabacos, para hacerle más placenteras las duras faenas de la zafra y la molienda a los demás esclavos, logrando así con ello aumentar el rendimiento, la producción y las ganancias del ingenio, a la vez que conseguía para sí, por supuesto, la gracia y el favor del amo todopoderoso.


El lema profundo y trascendental de Albizu Campos es aquel nos dice: La Patria es Valor y Sacrificio. Por lo tanto, no podía ser Pedro Albizu Campos el que acudiera al llamado servil y traicionero de hablar de libertad y de democracia para con ello obtener poder y beneficio a costa de la subordinación y vasallaje de su patria. Y es en esa diferencia en que radica la grandeza de Don Pedro Albizu Campos: la abismal diferencia que hay entre el esclavo rebelde y conspirador, y el esclavo complaciente y adulador.


Por eso Albizu Campos pudo bajar a la sepultura, como él se propuso, libre del oro corruptor de los hombres. Eso, junto a todo lo que hemos expuesto, convirtió al Maestro en la verdadera y única conciencia nacional de Puerto Rico. Prueba de ello es que en el momento crucial de los días de la Revolución Nacionalista de 1950, no hubo un solo caso en todo Puerto Rico, en que algún puertorriqueño tomara espontánea y voluntariamente en sus manos un arma de fuego, un cuchillo, un machete, ni siquiera a los puños, para salir en defensa de la colonia enfrentándose a los combatientes Nacionalistas.


Nadie en Puerto Rico jamás se ha arriesgado desinteresadamente, siquiera a partirse la uña de un dedo por salir en defensa del gobierno pelele y boca-abajo de la colonia. Por ello, conmueve todavía el recuerdo del ejemplo de dignidad y solidaridad demostrado por todo el vecindario de Albizu Campos, en torno a la calle Sol esquina con Cruz, del viejo San Juan, que, ni durante el asedio armado con fuego de ametralladoras y bombas lacrimógenas tendido contra su morada por espacio de tres largos días entre octubre y noviembre del 1950, ni en ocasión del otro más furioso asalto armado que se le hizo en marzo de 1954, ninguno de esos vecinos le permitió la entrada a la milicia ni a la policía colonial para que utilizaran los balcones o azoteas de sus casas como puntos de parapeto y ataque contra el hogar y la persona de Don Pedro Albizu Campos.


Nos enseñó el Maestro: El primer deber del hombre es amar el suelo que nos dio vida. De igual modo advirtió: Aquel que no siente orgullo de su origen nunca valdrá nada, porque empieza por despreciarse así mismo. El tremendo y profundo alcance dialéctico y diagnóstico de estos pensamientos de Don Pedro Albizu Campos se adelantan y sobrepasan, por mucho —particularmente por la substanciosa síntesis que ellos encierran—, los planteamientos en torno a la naturaleza sicológica del colonizado que formularían, décadas más tarde, Albert Memmi y Franz Fanon. Y es que, definitivamente, como ha observado el escritor y novelista peruano Mario Vargas Llosa: Albizu Campos tenía una capacidad asombrosa para encapsular pensamientos profundos en un mínimo de palabras.


Por esa colosal y trascendente capacidad de pensamiento y por su proyección fuera de nuestro ámbito antillano, ya Antonio Paoli, ese otro ponceño mundialmente reconocido como el más grande tenor de todos los tiempos y como el tenor de los Reyes y el Rey de los tenores, había declarado: Puerto Rico sólo tiene tres figuras de dimensiones continentales: Albizu Campos, Hostos y yo; y se las he mencionado en orden de méritos.


La dimensión continental de Albizu Campos, sin embargo, es algo que ya lo había reconocido también la eminente escritora y pensadora chilena, la Premio Nobel, Gabriela Mistral. La insigne figura de las letras andinas entabló una íntima amistad con Don Pedro cuando ella vino como profesora visitante a dictar unos cursos en 1931 en el Departamento de Estudios Hispánicos de la Universidad de Puerto Rico. Cuando en 1938 ella viaja a Atlanta e intenta visitar personalmente a su amigo prisionero, las autoridades carcelarias federales, a pesar de sus credenciales diplomáticas como cónsul, con rango de embajadora, de Chile, impiden el encuentro entre estas dos majestuosas figuras latinoamericanas. Como consecuencia de esa frustrada reunión, Gabriela Mistral proclama a Don Pedro Albizu Campos, en sus declaraciones a la prensa, como el primer puertorriqueño, y, a lo mejor, el primer latinoamericano.


Puerto Rico es una Nación. Todo lo nuestro es nacional. Albizu Campos fue el primero en crear conciencia sobre esa realidad de nuestra identidad como pueblo hispanoamericano. Y como el gran Maestro que fue, lo repitió y lo recalcó una y mil veces, hasta lograr que calara hondo y permanentemente en los puertorriqueños. Gracias a su orientación e influjo patriótico en ese sentido, hoy nos referimos como nacional a todo lo que es nuestro. Nadie antes en nuestra historia de pueblo había hecho entender e interiorizar en nuestra conciencia esa gran realidad socio-cultural y antropológica de la personalidad y la idiosincrasia puertorriqueña. Cuando hoy se habla de cultura nacional, equipo nacional, delegación nacional, poeta nacional, etc., debemos recordar que ello fue obra de las enseñanzas del Maestro Don Pedro Albizu Campos.


En lo que respecta a nuestros símbolos patrios, fue igualmente don Pedro Albizu Campos el que nos enseñó a empuñar nuestra enseña monoestrellada y a reconocerla y respetarla como nuestro pabellón nacional. Fue el apóstol ponceño el que acabó con el miedo de ostentarla y levantarla en alto. Antes de que él la rescatara, el pendón de la estrella solitaria era considerado meramente como un gallardete que el pueblo en general no identificaba como suyo. La gente lo veía como una insignia o banderín que alguna que otra facción partidista esporádica y cíclicamente sacaba del zafacón de la historia cuando le resultaba conveniente y ventajoso para aparentar patriotismo.


Albizu Campos es el que eleva a nivel de himno nacional la danza patriótica La Borinqueña. Al cerrar todos los actos públicos del Partido Nacionalista de Puerto Rico, el himno era entonado y toda la concurrencia, emulando a los Cadetes de la República en formación firme, escuchaban reverentemente sus notas puestos de pie y en atención. La banda de música de los Cadetes tocaba un arreglo especial en que La Borinqueña se entonaba sin el paseo inicial de la versión romántica de la danza, y en el que se incorporaba un ritmo de marcha con el uso de bombos y platillos, que le impartía a la danza un emotivo e incitante aire marcial. Los que hayan escuchado la grabación del discurso del Día de la Raza, pronunciado por Albizu Campos, el 12 de octubre de 1948, aquí mismo en la Plaza de Ponce, habrán podido notar que tan pronto Don Pedro da por terminado su discurso la banda comienza de inmediato la interpretación de La Borinqueña de la manera que hemos descrito.


También tenemos que es Don Pedro Albizu Campos el que rescata el verdadero significado de nuestro devenir histórico, elevando a su correspondiente pedestal de valoración y trascendencia todas nuestras gestas y personajes históricos, así como todas las manifestaciones culturales que nos identifican y distinguen como nación hispanoamericana. De ahí que su influencia didáctica, moral y ética —particularmente en el campo de la creación artística, literaria y filosófica—, le convirtieran, indiscutiblemente, en el Caudillo Intelectual del movimiento conocido como la generación del 30. Es altamente significativo que quien califica de esa manera a Albizu Campos, esto es, Caudillo Intelectual, lo es el novelista Enrique Laguerre, quien formó parte de ese movimiento y período cultural. Y no pudo haber sido de otra manera. Jamás movimiento de afirmación y nacionalismo cultural alguno ha surgido en el seno de los esclavos que no saben ni quieren defender la libertad de su patria, y para lo único que han servido es para limpiar el pedestal de los déspotas, como dijo el mismo el maestro en una ocasión.


En el campo musical es, sin lugar a dudas, la prédica revolucionaria de Albizu Campos la que inspira el espíritu patriótico y de denuncia de la penosa situación de nuestras masas obreras y campesinas de muchas de las canciones populares. De ahí surgen las composiciones de Preciosa, El Buen Borincano, El Jibarito y Las Tres Hermanitas, de Rafael Hernández; Sin bandera, de Pedro Flores, Héroes de Borinquen, de Manuel Jiménez Canario, etc., etc. Todas estas interpretaciones musicales se convirtieron en éxitos de audición y de ventas, que han perdurado a través del tiempo, lo que refleja cuán hondo había calado el mensaje Nacionalista en la conciencia del pueblo. Recordemos que la música es el alma de los pueblos.


Y en el campo del comportamiento humano algo importante que don Pedro Albizu Campos nos enseñó a reconocer e identificar fue a los seres de débil temperamento e irresoluto carácter —a esos casos graves, enfermos de colonialismo— cuando señalaba: El que resbala una vez, sigue resbalando hasta que se rompe el pescuezo. También añadió: La oportunidad de ser grande, siempre se le escapa de las manos a la gente pequeña.


En lo que respecta a los grandes personajes de nuestra historia patria, fue Don Pedro Albizu Campos quien colocó el retrato y la imagen del Dr. Ramón Emeterio Betances presidiendo el salón de reuniones de la Junta Nacional del Partido Nacionalista. A la derecha del retrato del Padre de la Patria se desplegó la bandera monoestrellada en triángulo azul y a la izquierda la otra bandera monoestrellada pero con cuartel rectangular igualmente azul, es decir, la bandera conocida como la de Lares. De esa manera, fue don Pedro Albizu Campos quien proclamó y nos enseño a respetar y a venerar al gestor de la Revolución Puertorriqueña en el siglo XIX con el título con que hoy se le reconoce: el Padre de la Patria.


En lo que se refiere al pueblo puertorriqueño, como masa y como comunidad, nadie antes que Albizu Campos, había tenido tanto contacto directo con su pueblo como lo hizo él. No hubo plaza de recreo en Puerto Rico que no se abarrotara en las noches escuchando atentamente sus discursos de directa y combativa denuncia contra el coloniaje, tanto estando él personalmente dirigiéndose a la concurrencia, como mediante el uso de altoparlantes que las Juntas Nacionalistas municipales de los más pequeños pueblos de la isla colocaban en dichos lugares de congregación pública para que se escucharan las transmisiones por radio de sus mensajes. Cuando se trasladaba de un pueblo a otro, frecuentaba desmontarse del carro público que le transportaba millas antes de llegar a su destino, para terminar el recorrido a pie esos largos trechos en los que disfrutaba entrar en contacto y conversar con la gente de campo que se encontraba a lo largo de la caminata. Llegó incluso a viajar a la isla municipio de Vieques, donde dialogó con los pescadores y pequeños agricultores que se vieron desplazados por la Marina de Guerra de los Estados Unidos de las aguas y tierras que les proveían su sustento, siendo el primero en denunciar las actividades bélicas de la marina allí, las que calificó como un acto de bisección de la patria. No debe sorprendernos, por lo tanto, que gran parte de los héroes y mártires Nacionalistas eran hombres y mujeres de humilde origen campesino.


Asimismo, ningún dirigente de la lucha por la libertad patria, ni antes ni después que Albizu Campos, ha sido llamado por las masas obreras para que se pusiera al frente de una huelga general que paralizó el más importante renglón económico de su tiempo en Puerto Rico, como lo fue él en 1934 por los obreros de la caña, lográndose con su militante y combativa intervención el éxito rotundo de aquella contienda laboral. Retumba todavía en los cañaverales del tenebroso emporio de la Guánica Central, en Ensenada, la voz directa y vibrante de don Pedro Albizu Campos, cuando él solo desde lo alto de una improvisada y frágil tribuna de tablas de pichipén, que le construyeron los braceros en huelga, se enfrentó y advirtió con pasmosa firmeza a todo un escuadrón de la policía colonial que, bajo las órdenes directas del propio coronel Francis Riggs y fuertemente armado con armas automáticas, se había propuesto evitar que ningún obrero concurriera al acto. Advirtió amenazantemente allí Albizu Campos: Si por balas de la policía muere un obrero, morirá el gobernador Winship. Y si por balas de la policía muere un trabajador, morirá Riggs. Porque la vida del más infeliz jíbaro puertorriqueño vale más que los ciento treinta millones de habitantes de los Estados Unidos. Si aquí suena un tiro, matamos al gobernador inmediatamente.


Así, con este abierto y frontal desafío a la tiranía, que pudo haberle costado allí mismo su propia existencia, el Maestro y Apóstol ponceño talló su vida a la altura de los grandes defensores de los obreros, los humildes y los desposeídos en nuestra América. Ejemplo como este, de inmensa valentía, arrojo personal y arriesgado compromiso para con unos trabajadores amenazados y humillados a punta de pistola y sub-ametralladoras Thompson por parte de una despiadada horda de prestos asesinos, no lo ha repetido nadie jamás en lo que va de historia en Puerto Rico. Otra vez, Albizu Campos no escribió su gloria con palabras, la escribió con su vida.


Si vibrante y valiente fue la palabra y la acción militante de don Pedro Albizu Campos, mucho más impactante y perdurable fue su pluma. Durante esos apenas 10 años de lucha combativa en la calle, Albizu Campos escribió suficientes artículos, ensayos, proclamas y manifiestos políticos como para llenar, al menos, 5 gruesos volúmenes de 300 páginas cada uno. Ello nada más nos revela que este titán luchador, jamás perdió ni un minuto de tiempo que no dedicara a combatir continuamente, con todo tipo de estrategia y por todos los frentes, al régimen de intervención militar norteamericano que todavía conculca nuestro derecho a la soberanía y autodeterminación como nación.


Hicimos ya aquí referencia al homenaje de reconocimiento y agradecimiento que le rindió ante el pleno de la Asamblea General de las Naciones Unidas el guerrillero y combatiente anti-imperialista más grande que ha producido Nuestra América, Ernesto «El Ché» Guevara. Así actúan los hombres de una sola pieza, íntegros, valerosos. Así son los seres agradecidos. Por eso el Ché manifestó su agradecimiento para con la lucha y sacrificio de Don Pedro Albizu Campos, de la cual él mismo también se nutrió, dado el apoyo, la ayuda y la solidaridad que recibió en México, de parte doña Laura Meneses y de don Juan Juarbe, en ocasión de los preparativos de la expedición para liberar a Cuba del déspota Fulgencio Batista.


Por otro lado, sin embargo, tenemos a la gente ingrata, esos de los que una vez el apóstol José Martí dijo que no tienen siquiera la capacidad de reconocer y agradecer del propio sol su luz, sino que en cambio, lo único hacen es hablar de sus manchas. Sí, el sol tiene sus manchas. Y de eso sólo con capaces de hablar los seres ingratos con respecto al astro radiante de nuestro firmamento universal, de cuya luz y calor se nutre todo lo que es vida en nuestro planeta.


Y en esto de la ingratitud, tenemos un célebre ejemplo que se remonta al 1894. El oportunista y entonces capataz pretendiente de la colonia, Luis Muñoz Rivera, se había referido por aquellos días a la gesta de Lares como una mera e insignificante algarada, una calaverada o tumulto de locos. El venerable Padre de la Patria, Ramón Emeterio Betances, contesta el ingrato insulto escribiendo desde París lo siguiente: No sabe él —Muñoz Rivera— los trabajos, los desvelos, los peligros, que costó tal algarada, ni lo que se hizo allí ni los resultados que se han obtenido, ni las penas, los dolores, las muertes, los lutos que siguieron, ni lo que sufren los proscritos, ni el reconocimiento que se les debe. Pero el mundo está plagado de ingratitudes. Y más adelante concluía Betances: En Puerto Rico no sólo se olvidan de los que pidieron y obtuvieron con la revolución de Lares la abolición de la esclavitud, que preparó la de Cuba, sino a veces le lanzan injurias a los que al luchar por la independencia consiguieron siquiera ese semblante de libertad de que gozan hoy y con el cual ni se habían atrevido a soñar.


Con estas palabras de hondo significado histórico, el Padre de la Patria define y advierte claramente que la gesta de Lares fue, por lo tanto, una revolución y no una algarada como la llamaron los ingratos de la colonia, que al fin y a la postre, fueron los que, de manera oportunista, más se beneficiaron de los cambios y consecuencias que promovió la Revolución de 1868.


Asimismo, con la Revolución Nacionalista de 1950 se repitió la historia; los herederos de la misma dinastía de ingratos capataces coloniales la han calificado con el peyorativo término de “revuelta”; los menos se atreven llamarla “insurrección”. Pero en cuando a esto, ¿no es ese mismo semblante de libertad, del que se refirió Betances, el que proyecta la colonia perfumada y con cadena de eslabones alargados de hoy, una consecuencia directa de la Revolución Nacionalista que tantas penas, dolores, muertes, lutos y sufrimientos también costó a sus heroicos combatientes, colaboradores y dirigentes? Nuevamente, como había condenado Betances: es que el mundo está lleno de ingratitudes.


Don Pedro Albizu Campos pronunció aquí mismo en Ponce, su ciudad natal, la noche del 12 de octubre de 1948, unas palabras que hoy nos resultan, en este sentido, una premonición. Dijo aquí el Maestro:


La ingratitud no es de los libres. La ingratitud no es de los valerosos. Y si por algo tiene que existir el infierno, es porque hay hombres y mujeres ingratos en la tierra.


Por eso termino diciéndoles que aquí, en este parque y ante este majestuoso monumento, hacen acto de presencia, todos los años en esta fecha conmemorativa de gloria patria, los hombres y mujeres agradecidos de Puerto Rico.
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(Mensaje pronunciado ante el Monumento a Don Pedro Albizu Campos, Sector Tenerías, Ponce, la noche del 12 de septiembre de 2010, durante los actos conmemorativos del natalicio del patricio ponceño.)

Formosa: Hipocresía, discriminación y muertes

por Adolfo Pérez Esquivel (SERPAJ)
En la Argentina los pueblos indígenas son discriminados, silenciados y sometidos a un genocidio silencioso a través del tiempo, expulsándolos de sus tierras ancestrales, destruyendo la biodiversidad de los montes, esencial para su vida y sustento.



No se les reconoce su identidad, ni valoran sus culturas; viven arrinconados sin protección alguna y sufren la represión, en éste caso concreto en la Comunidad QOM La Primavera, en Formosa. De víctimas, los indígenas han pasado a ser acusados de ser los victimarios, con la complicidad de jueces y el gobernador de la provincia de Formosa, un terrateniente feudal que maneja la provincia de acuerdo a sus intereses.

Las consecuencias de la fuerte represión policial ordenada por el juez y el gobernador, Gildo Insfrán, su ministro de gobierno, Jorge Gonzáles, el comisario de Laguna Blanca, Ricardo Cajes, es el asesinato de dos miembros de la comunidad Qom, Sixto Gómez y Roberto López, el día 23 de noviembre y la quema de 17 casas dejándolos en la total indigencia, donde continúan siendo amenazados.

A Buenos Aires llegó Félix Díaz, líder de la comunidad, reclamando el derecho de su pueblo; quien salvó su vida gracias a la ayuda de sus hijos que lo ocultaron en el monte para impedir que lo asesine la policía. Félix intenta tener una entrevista con la Presidenta Cristina Fernández, esperemos pueda lograrla y reclamar el fin de la represión y el respeto a sus tierras según lo establece la Ley 23.160 de Emergencia de Tierras de las Comunidades Originarias del país.

Desde los ámbitos oficiales provinciales y nacional se enarbolan banderas en defensa de los derechos humanos, que se acota a la época de la dictadura militar desde 1976 a 1983, pero no se quiere mirar la situación actual de los derechos humanos que con absoluta impunidad continúan violándolos, como la Constitución Nacional, la Convención Internacional de los pueblos indígenas, proclamado por la ONU y la Convención 169 de la OIT-

Esto que señalo no es nuevo, es un grave problema estructural que viene desde hace muchos años, podríamos decir desde la conquista y la independencia como nación, que ha cumplido el Bicentenario para algunos, mientras los pueblos originarios continúan excluidos y discriminados.

Todo el manejo hipócrita de la gobernación de Formosa y las graves consecuencias que vive la Comunidad Qom, me recuerda a T. Mentón cuando señala que: “La mayor necesidad de nuestro tiempo es limpiar la enorme basura mental y emocional que atasca nuestras mentes y convierte toda vida política y social en una enfermedad de masas. Sin esa limpieza doméstica no podemos empezar a ver. Si no vemos, no podemos pensar”.

Hay mucha basura mental y debemos actuar rápidamente para evitar mayores males, como es la apropiación de las tierras de los hermanos indígenas en todo el territorio nacional

Reclamamos la intervención de la Provincia de Formosa, la renuncia del gobernador Insfrán y de su ministro de gobierno Jorge Gonzáles, con quien me entrevisté en Buenos Aires hace aproximadamente dos meses para tratar el problema de las comunidades en Formosa y terminó asumiendo la represión en lugar de una solución, beneficiando al terrateniente que quiere apropiarse de las tierras, Cecilio, Pedro y Ariel Celía, siendo uno de ellos el que disparó primero contra Félix Díaz

Reclamamos la destitución y procesamiento del comisario de Laguna Blanca y los policías que intervinieron en la represión y muerte de los hermanos de la comunidad La Primavera, habiendo llegado más de cien policías a caballo y de otras reparticiones de la provincia, mientras la gendarmería nacional se instalaba como espectadora y no para evitar la represión.

El gobierno de la provincia de Formosa es aliado del gobierno nacional, pertenece al mismo partido peronista K. El gobierno nacional tiene que tener claro que sostener a una gobernación que reprime y margina a los pueblos originarios no es ético, ni bueno para el mismo gobierno y el país, al que contaminan con la basura mental y acciones facinerosas y represivas.

He tratado estos días de comunicarme con el Jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, en Casa de Gobierno, sin resultado alguno, pareciera que frente a éstos conflictos los teléfonos y celulares están “ocupados para no oír, ni ver”.

El reclamo que quería hacerle es: el envío urgente de una comisión investigadora para determinar los responsables de los asesinatos, la quema de viviendas y se respete el derecho de los pueblos originarios y enviarles ayuda humanitaria, les falta agua y alimentos y reponer sus bienes quemados por la policía y los matones Celía. La gendarmería nacional es dirigida y dependiente del gobierno nacional, debe dar orden de protección a la Comunidad La Primavera y evitar mayores males. Estas desgracias pasan en el país y el gobierno sabe que en Formosa su aliado Insfráin no lo va a hacer.

El gobierno trata de “negociar” frente a la grave situación, entre el gobernador y la comunidad La Primavera, es decir en romance campero, “les quieren enroscar la víbora”; no deben caer en negociar con los asesinos; es necesario tener claridad conceptual y mucha firmeza, los crímenes cometidos contra los indígenas y la destrucción y quema de las casas no pueden quedar en la impunidad.

Es necesario señalar que viajaron a la Comunidad la Primavera, algunos diputados, representantes del INADI, de organismos de derechos humanos, Amnesty Internacional llevando solidaridad y apoyo, pero no es suficiente, hay que encontrar soluciones permanentes y el derecho de verdad y justicia.

La pregunta es si tiene que haber muertos y heridos, donde la desgracia y el dolor se instale para que los funcionarios del gobierno reaccionen y piensen qué van hacer para paliar o lo que es peor silenciar el dolor de los pueblos originarios, para que nada cambie.

La Argentina no es soberano, nos han transformado en feudos medioevales. Tengo que señalar que otros gobernadores hacen lo que quieren y no lo que deben, como en La Rioja y San Juan, que actúan como feudos y desconocen la ley nacional de protección de los glaciares para beneficiar a sus socios y aliados de empresas transnacionales mineras como la Barry-gold y La Alumbrera.

¿Bicentenario, democracia, derechos humanos, para quien? Debemos liberar la palabra para comprender qué estamos viviendo. El antiguo proverbio dice: “El pez no ve el agua, porque vive en ella” y muchas veces el agua está contaminada y podrida y no se ve.

jueves, 9 de diciembre de 2010

La conexión colombiana de la derecha chilena

Los esfuerzos del gobierno colombiano por exportar su conflicto

por Hugo Guzmán R.

Sebastián Piñera, Alberto Espina y Andrés Allamand se involucraron en una operación planificada por oficiales militares y de Inteligencia de Colombia, que incluyó a varios países y que buscaba, entre otros objetivos, instalar en la región el conflicto colombiano. Surgen informaciones inéditas, como la presencia en Chile de dos diplomáticos del ex presidente Álvaro Uribe acusados de vínculos con paramilitares y asesinatos.

En julio de 2008, cuando era candidato a la Presidencia de Chile, Sebastián Piñera viajó a Colombia invitado por su amigo y aliado político, Álvaro Uribe, por entonces gobernante de ese país. Lo hizo acompañado de los senadores RN Alberto Espina y Andrés Allamand, además de su amigo personal Ricardo Marchant. Era una visita política, como parte de su campaña a La Moneda. Ese viaje fue presentado como un aprendizaje de la “experiencia” colombiana en seguridad pública y combate al narcotráfico. Con el tiempo quedó en evidencia que el viaje tenía una connotación político-militar, policíaca e incluso conspirativa. Piñera pasó a ser parte de un plan de Inteligencia de Colombia, que buscaba regionalizar sus conflictos internos.


El ahora presidente chileno sostuvo largas reuniones con los más altos personeros militares y de Inteligencia de ese país, entre otros, los generales Freddy Padilla y Mario Montoya, a cargo de las actividades contrainsurgentes dentro y fuera de Colombia. También tuvo una destacada participación en esos encuentros el Ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, actual presidente colombiano y que desde entonces mantiene estrechos lazos con Piñera…

martes, 7 de diciembre de 2010

Sahara: de la traición al genocidio

La semilla de otra guerra ha sido plantada





por Carlos Medina Viglielm


La situación de estancamiento de 35 años que sufre el pueblo saharaui fue rota brutalmente por los militares marroquíes que atacaron a mujeres, niños y ancianos desarmados en el campamento Dignidad en El Aaiún. Diversas organizaciones españolas y saharauis convocaron a una jornada de protesta y Madrid fue conmovida como pocas veces antes.


Increíblemente quien escribe desde Montevideo, gracias a la comunicación satelital y a la atenta disposición de los operarios de CX36, una emisora de radio AM uruguaya, pudo escuchar parte de la proclama del acto, los gritos de “queremos guerra” de los jóvenes saharauis y el “¡Viva el Sahara libre!” de Javier Bardem. Lo que no se ha podido escuchar todavía, es el voto de condena del gobierno español.


A pesar de que la situación en el Sáhara Occidental demostraba ser cada día peor, por la expulsión de periodistas o la negativa por parte de Marruecos de autorizar la visita de legisladores españoles, José Luis Rodríguez Zapatero, manifestaba en Seúl, al término de la reunión del G – 20 que "Los intereses de España son lo que el Gobierno tiene que poner por delante”. No es cierto.



Por su parte un poco antes, la ministra de Asuntos Exteriores, Trinidad Jiménez, aseguraba que “los periodistas españoles de la Cadena Ser que van a ser expulsados del Sahara Occidental no están detenidos”. Mientras, los periodistas mismos sostenían que "Si la ministra (de Exteriores) dice que estamos retenidos, yo digo que estamos detenidos en el aeropuerto de El Aaiún", - explicaba en la cadena Ser Àngels Barceló-, "porque cuando uno no se puede mover libremente, está detenido".

¿Qué es más grande, la torpe inoperatividad del gobierno español, o su desvergüenza?


Es difícil establecerlo. Lo que sí se puede establecer es que lo uno más lo otro terminó facilitando un acto de genocidio. Y mucho más de lo que ya ha costado, en sufrimiento, en persecución a gente indefensa, en muertes, en frustración y desesperanza, será lo que va a costar la Masacre de El Aaiún en el futuro.


¿Como podemos los pacifistas, bregar por la paz, si quienes dicen desde el poder estar interesados en ella, miran para otro lado cuando se vierte combustible al fuego de la guerra? Más allá de conservar sus prolijos guantes blancos del “no meterse en -supuestos- asuntos ajenos”, el gobierno español tendría que haber reaccionado ante los primeros e inequívocos síntomas de lo que estaba por suceder en el campamento saharaui. Al menos por la razón del artillero, porque el incendio, está apenas del otro lado de la calle.


Puede que a muchos llame la atención la acción criminal de los marroquíes, de lo cual, a pesar del bloqueo infame a la información se ha podido saber, gracias a las nuevas tecnologías de comunicación. Hace treinta o cuarenta años, esta masacre hubiera pasado desapercibida como lo pasaron otras, cientos de veces antes. Esto los marroquíes deben saberlo. ¿Porqué entonces, tal despliegue de brutalidad? Tiene que ser y es algo que va más allá del afán de represión contra los legítimos intereses de independencia de un pueblo, manifestados pacíficamente la mayor parte del tiempo: el interés de provocar una situación de conflicto armado.


Zapatero y su equipo de gobierno siguen desconociendo las actuales razones de la guerra. El fin primordial de la existencia de la potencia mayor del mundo, los Estados Unidos de Norteamérica, es la promoción de la guerra. Eso mantiene a gran parte de su industria, su mano de obra y sus ejércitos en movimiento y crecimiento. Esto último como garantía en el control de los territorios desde donde proveerse.


Ahora es un poco tarde. El objetivo primario ha sido alcanzado. No importa mucho si en beneficio directo del rey de Marruecos o de su aliado Sarkozy. El objetivo perseguido por los técnicos promotores de la guerra (que no tienen patria), se vio sintetizado en los gritos de los jóvenes saharauis en Madrid: “¡Queremos guerra!”.


Si el gobierno español pusiera por delante verdaderamente los intereses de España, habría hecho lo posible por impedir la masacre. Ahora los españoles van a tropezar otra vez con la misma piedra. Se verán comprometidos en otra guerra y esta vez en el patio del frente de la casa. Parece que ya han olvidado las consecuencias que les trajo mezclarse, arrastrados por Aznar (todavía sin enjuiciar), en la criminal cruzada de saqueo dirigida desde Washington y que ya dura nueve años.

COMUNICADO SOBRE EL PARO ESTUDIANTIL


El Partido Nacionalista de Puerto Rico, Movimiento Libertador, se solidariza con el movimiento estudiantil en su paro de 48 horas y repudia enérgicamente las acciones de los lacayos adscritos a la compañía de seguridad Capitol Services y a la intervención indebida de la Policía de Puerto Rico.



La presencia de Capitol Services contribuye a crear un ambiente desestabilizador y de violencia en la universidad con el fin de justificar la intervención de las fuerzas especiales de la Policía y desacreditar al movimiento estudiantil en sus justas demandas


Hacemos un llamado al diálogo y al cese inmediato de las medidas represivas contra el estudiantado, deplorando cualquier acción violenta y/o represiva contra estos. La Universidad de Puerto Rico es del Pueblo de Puerto Rico, no es ficha de juego del gobierno represivo de turno para su beneficio, privatización y desmantelaje.


Hacemos un llamado a todas las organizaciones, colectivos, coordinadoras, movimientos libertadores y a la ciudadanía en general a dar apoyo a nuestros estudiantes diciendo presente en los predios de la Universidad de Puerto Rico. No permitamos que sangre de nuestros futuros hombres y mujeres corra por la irresponsabilidad de la Administración Universitaria, la Policía de Puerto Rico y el Gobernador electo por un pueblo ciego, Luis Fortuño.




Francisco Torres                          Aleida Centeno
Presidente                                    Secretaria General


SAN JUAN DE PUERTO RICO, 3 de diciembre de 2010
PARTIDO NACIONALISTA DE PUERTO RICO – MOVIMIENTO LIBERTADOR