Carlos Carrera Benítez
Un luchador para la historia
Por: Hilton Fernández Diamante
Conmemoración Masacre de Ponce
21 de marzo del 2011.
Mi agradecimiento público al Partido Nacionalista - Movimiento Libertador, por confiar en mi persona, a nombre del PRT-Macheteros, para dirigirles unas palabras en esta fecha de invaluable significación para nuestra Nación. Es de suma importancia para todo movimiento de lucha recordar a aquellos(as) que a través del tiempo serán ejemplos únicos e imperecederos de lo que es la esencia espiritual del ser de la nacionalidad puertorriqueña. A Ponce no se viene a recordar derrotas se viene a celebrar victorias escritas con valor, determinación, sangre y muerte. Sangre y muerte ineludible cuando el tirano está decidido a querer doblegar la dignidad, la pasión y el deber de las que fueron educadas, enseñados en la responsabilidad mayor que tienen los que defienden la libertad del pueblo; la tierra que los vio nacer y el derecho a gobernarnos por nuestros propios esfuerzos y recursos. Así, que hoy es un día de triunfo, porque recordamos que lo que conmemoramos hoy es el valor y la entrega de aquellos puertorriqueños y puertorriqueñas que fueron asesinados vilmente, inmisericordemente. No hay muerte en combate, no hay asesinato en nuestra lucha que deba verse como derrotas. De hacerlo, caeríamos en el análisis histórico, mezquino por su pequeñez, que es incapaz de prever las consecuencias gloriosas de estos acontecimientos en la conciencia de un pueblo colonizado, enajenado, confundido y reprimido, inconsciente de la importancia de que nuestro pueblo se integre a los pueblos libres del mundo como nación latinoamericana.... Es deber de todo puertorriqueño mantener la memoria histórica de los caídos en combate y los caídos en la vida, pero que siempre mantuvieron y conservan inamovible la esperanza del renacer de nuestro pueblo.
Es deber nuestro señalar la importante significación de cada acontecimiento histórico sangriento o de lucha popular, en historia y en la formulación de nuestra conciencia colectiva. Por eso y para eso estamos aquí.
Este año de 2011 se cumplen dos siglos del inicio de nuestra lucha libertaria, como señale en mi intervención el año pasado en los actos del 25 de julio, en recordación de Arnaldo Darío Rosado y Carlos Soto Arriví. Muchos han caído, y otros estarán por caer, desde aquel entonces. Son ellos la representación genuina y única de nuestro pueblo.
Es necesario y urgente que, en este momento de desespero y desesperanza por el que padece nuestro pueblo, traer a la memoria aquellos que han ofrecido toda la vida al ideal y concreción de nuestras aspiraciones libertarias.
Esta recordación de victoria, quiso el Partido Nacionalista que se le dedicara, en vida todavía, aunque no puede estar con nosotros, a uno de los discípulos preferidos, queridos y cuidados de Don Pedro Albízu Campos. Me refiero a Don Carlos Carrera Benítez, luchador de toda una vida y que hoy con sumo dolor vemos como se apaga su vida.
Carlos Carrera Benítez es viequense de nacimiento. Allí en su pueblo querido vivió su infancia y parte de su adolescencia disfrutando sus patines y añorando la bicicleta que vino a disfrutar a sus 60 años en Florida. Descendiente de la estirpe de los Benítez, hacendados de nuestra Isla Nena, creció cuando todavía no había sido mancillada con la expulsión de parte de su población para convertir a esta en posible refugio de la dirigencia burguesa y aristocrática inglesa en caso de invasión de Inglaterra por los huestes fascistas de Hitler en la Segunda Guerra mundial.
Se mudó con su familia a las tierras de Río Piedras. Llevaba ya el germen de la angustia de la esclavitud de su pueblo alimentada por la educación y las platicas que su madre, Carlota Benítez, siempre mantenía; según cuenta en sus memorias de 1992. Así creo la base de sus ideas independentistas, leyendo la poesía patriótica de parientes paternos como Alejandrina Benítez y José Gautier Benítez; también conoció de las luchas de Hostos, Betances, Marti y Bolívar.
Terminó sus estudios secundarios en la Escuela Superior de la Universidad de Puerto Rico de donde ingresó en 1931 a los 17 años a la Universidad de Puerto Rico a estudiar Administración Comercial. Ya se consideraba nacionalista. Su padre, médico de profesión, había adquirido la farmacia Borinquén en Río Piedras y él colaboraba con este.
Ese mismo año fue suspendido sumariamente de la universidad por firmar una carta de protesta dirigida al entonces Rector Carlos Chardón en favor del Presidente de la Federación Nacional de estudiantes Puertorriqueños (FNEP), Francisco Pagan Rodríguez, a quien no se nombro a un comité de estudiantes por discrimen político. Sentía el “rector” que se la había faltado el respeto. Pidió retractación para readmisión, pero solo unos pocos se negaron, entre ellos Carrera. Ya se veía la madera de la que estaba hecho. Finalmente una llamada familiar salvó la situación. Años después Pagan Rodríguez le comunicó en enero de 1942 la decisión de nombrarlo presidente de la FNEP con el apoyo de Pedro Albizu Campos. Poco tiempo tardó en conocer personalmente a Don Pedro. Muchas fueron sus pláticas.
Esos primeros años de universitario lo llevó a conocer al Maestro, al apóstol, al líder máximo de la lucha por la independencia patria. Sus ansias de lucha, su disciplina, sus enfoques, principios, sus incipientes ideas sobre la lucha independentista y la lucha estudiantil por su universidad fueron moldeadas por el pensamiento albizuista en las múltiples conversaciones y charlas que realizó con el prócer. Formó su pensamiento político también en los grandes de la literatura, la filosofía y el derecho.
Cambió sus estudios por farmacia y se dedicó toda su vida de estudiante a luchar por la universidad que necesitaba su P.R. esclavo. Su pluma no tenía consideraciones en señalar los males que sufría esta y su pueblo colonizado. Durante toda su vida escribió en diversas publicaciones como La Democracia, en el periódico la Torre, El Imparcial, El mundo y en toda clase de revista independentista. A meses de la muerte de Albizu presenta a invitación del Ateneo la magistral semblanza del Maestro. Publicada anos después en la revista Pensamiento Crítico.
En su manifiesto a los graduandos del 1934, y que firma con su entrañable amigo Carmelo Delgado, fusilado después en España, les indicaba: "nuestro principal problema es el político...es el compendio de muchos problemas. Todos los demás están subordinados: el económico, el educativo, el social, el moral... resolver estos sin resolver aquel es absurdo, es exigir lo imposible. “Hacia la solución de este deberían canalizarse sus energías" decía. “… la indiferencia ante la tragedia de la Patria es convivencia con los enemigos y por lo tanto, traición… y que “la moderación es síntoma de cobardía, de desorientación".
En noviembre del 1935, estando ya Carmelo Delgado en España, es recomendado y nombrado representante corresponsal de la Federación Universitaria Hispanoamericana en P.R. dedicada esta a fortalecer las luchas estudiantiles de los hispanoparlantes.
Carrera Benítez terminó sus estudios de farmacia en la Universidad de Loyola en 1937.
Comenzó su carrera de estudiante de leyes y continuó presidiendo la Federación Nacional de Estudiantes Puertorriqueños. Dos masacres de puertorriqueños habían sucedido: la de Río Piedras y la que hoy recordamos con 19 muertos.
Fue representante de la juventud en el Segundo Congreso Mundial de la Juventud en Nueva York en el 1938.
En 1939 creó el Circulo Eugenio María de Hostos. Asistió al Congreso de la Liga de Escritores Americanos celebrada en N.Y. en 1940. Luchaba nuestra liberación nacional, por la universidad necesaria, por la excarcelación de los patriotas encarcelados desde el 1935.
Su compañero de lucha Ángel Cruz Cruz lo clasifica como “poeta filosófico”. Escribió para ese entonces, junto a su amada esposa- la abogada Maria Genoveva Rodriguez Jimenez- "bebisima", como la llamaba, un libro biográfico de Don Manuel Corchado. Su compañero Ángel, conociendo el calibre de su pasión, lo invitaba a luchar por la independencia de su patria – Vieques - para que pasara a ser el Bolívar de su islita.
Levantó su voz de protesta en su columna " El País de los Ciegos" contra aquellos intelectuales de pacotilla que acomodados dentro del sistema colonial callaban en 1940 ante el requerimiento de la Asamblea Constituyente cubana de 1940 que reclama la independencia de P.R. donde las únicas voces fueron las del PNPR, el Partido Comunista, Acción Nacional, la Liga Pro Democracia y la Federación Nacional de Estudiantes.
El 23 de abril del 1942 fue premiado con la Medalla de las España de manos de la Dra. Concha Meléndez por su poema a Federico García Lorca. Decía la Dra.Concha Meléndez que “expresa con verdad y a través de imágenes de calidad poética reveladoras de un temperamento de posibilidades felices para el cultivo de la poesía y la obra lorquina. Era la primera vez que se premiaba un poema y no un ensayo como solían hacer.
Al inicio del 1941- 43 establece la relación con Juan Augusto Perea: uno de los intelectuales y luchador libertario más reconocidos con el que compartió predilecciones y preocupaciones culturales que posteriormente se traducirían en proyectos organizativos de todo tipo durante la década del 40.
Participa en la creación del Congreso Pro Independencia en el 1943 y posteriormente es partícipe de la fundación del Partido Independentista de Puerto Rico, que advino a ser el Partido Independentista Laborista y del que pasó a ser su Secretario General. Ya intuía para el 1942 que aquel hosco gusano, según lo llamara Pablo Neruda en su famoso poema sobre Muñoz Marín, no era opción para luchar electoralmente por la independencia.
Años más tarde se propone la encomienda de ir a Washington para pedirle al Dr. Gilberto Concepción de Gracia que regresara a P.R. para que se hiciera cargo de la dirección de un nuevo partido independentista. En la asamblea celebrada en Bayamón en 1946 hace entrega de la franquicia legal y formal de dicho partido para que se fundara el Partido Independentista Puertorriqueño (PIP) producto del esfuerzo y la visión de Juan Augusto Perea.
La década del 40 fue para Carlos Carrera una de lucha universitaria por una verdadera reforma o más bien por la autonomía universitaria; de luchas por la independencia, por los presos nacionalistas; pero también de lucha contra sí mismo.
Compañeros y compañeras No está ajena a los luchadores de grandes causas el cansancio, la desesperación y la angustia que mina el espíritu de lucha en algunos momentos, pero que los grandes logran vencer.
Ante la Conferencia de Escritores de ambas Américas, el 16 de abril de 1941, denuncia a los intelectuales mudos que todo lo callan y otorgan, les decía que era "la voz angustiada de P.R."; denuncia la conferencia realizada en un marco de silencio e hipocresía cooperadora" donde “del Norte lo que nos llega es humillación y opresión" e incluía a todo el sur desde el Río Grande Increpa a los presentes hijos de América indicándoles que: "a P.R. no se ha de venir a otra cosa que a luchar por su libertad" y a crear una América donde quepamos todos.
A ustedes les digo que ese debe ser el primer derecho y deber de todo extranjero que pise esta tierra: luchar por nuestra libertad mano a mano.
Escuchen esto, escrito en junio de 1942 a Gilberto Concepción de Gracia, y piensen en el P.R. de hoy: "siento como un intimo, radical convencimiento de la inutilidad, de la esterilidad de sacrificio alguno... no puedo evitar una enorme ola de pesimismo, de frialdad, de falta de emoción, tan necesaria....no creo en los líderes actuales... que hacer sino angustiarse y sentirse ajeno, despegado, solo, de tanto desorden, de tanta desorientación, de tanto desperdicio de las esencias humanas... y la angustia crece. Quién en los momentos, en que vive P.R. hoy y que tenga conciencia de la profunda crisis social, económica, moral, política por la que atraviesa nuestra sociedad, nuestro pueblo no puede hacer suyas esas palabras escritas 69 años atrás. Se preguntaba el líder: "se puede, en las circunstancias actuales vivir, realmente, vivir, que es rendir útilmente la vida por una cosa o para una cosa." De ese estado de ánimo de pesimismo se levantan aquellos, como Don Carlos, que respiran hondo y continúan la lucha con mayor ahínco. ¡Cuántos don Carlos y Carlas ha tenido nuestro pueblo! Vaya para todos y todas nuestro respeto, honra y admiración porque han sido esas personas, que caen y se levantan, la reserva moral y política salvadora de nuestro ser de puertorriqueños.
Demostrando su calidad como estudiante de primer año de leyes presento su propuesta de reforma para la Escuela de Derecho al rector interino de entonces, el Dr. Joseph Axtmayer con fecha de diciembre de 1942.
Se levanta su estado de ánimo y en la publicación ALSINO de febrero de 1942 fustiga las intenciones de los politiqueros yanquis de la época, así como la de Muñoz Marín de amañar las verdaderas reformas y expone con claridad lo que debe ser una universidad en un país colonizado. Denuncia la dependencia de la universidad en organismos ajenos a ella. Exigía la no intervención de los partidos coloniales, ni de los gobernadores nombrados desde afuera, ni del gobierno de Estados Unidos porque representa la influencia desnaturalizadora de las fuentes de la cultura y de la personalidad del pueblo. Derrota a muñoz en asamblea estudiantil lo logra que no se nombre al gobernador Tugwell a dirigir la universidad.
Compañeros, La angustia es cónsona con aquellos que asumen conciencia para sí de la enajenación destructiva de nuestro ser nacional a la que ha sido sometido nuestro pueblo. Nuestro pueblo transita hoy a espacios y profundidades mayores de descomposición de todo tipo. La crisis será mayor, especialmente para los trabajadores y los desposeídos.
Don Carlos y su familia tuvieron que emigrar a E.U.A. a finales de los 40. Allí en Washington escribía para la revista LIFE y su esposa laboraba en la biblioteca del Congreso. Escribía para diferentes publicaciones latinoamericanas.
La década del 60 ve el fruto de sus esfuerzos en la creación de la Mesa de Lares que agrupo a todas las organizaciones independentistas. Desde esa institución se inicia el combate a las ideas de Muñoz de celebrar un plebiscito para legitimar la colonia con su Estado Libre Asociado y que concluyo en el plebiscito del 1967. Fue Carrera uno de los grandes exponentes y debatientes sobre la no legitimidad, de acuerdo al derecho internacional, de cualquier consulta que pretendiera utilizar mayorías de votos en contra de la libre determinación de una nación. Escribía que la esclavitud no se puede llevar a consulta y que no hay derecho de ningún pueblo a decidir a favor de la sujeción, en contra de la libertad, que debe ser el estado natural de toda nación. En ese sentido esas mayorías no representan al pueblo. Lo representan aquellos que luchan por su liberación de todo poder extranjero; por pocos que sean.
Hoy a cinco días de que se haya publicado otro mamarracho de informe del poder ejecutivo interventor nos encontramos en la misma situación que hace 113 anos. Los lacayos, bebedores del presupuesto nacional, continúan hablando de plebiscitos para pretender acabar con nuestro derecho inalienable a nuestra independencia. Llevarán al pueblo a otro carnaval eleccionario que no resolverá nada.
Hoy, le quisiéramos decir a Don Carlos y todos aquellos y aquellas que no han desmayado en el ideal de una patria para todos, donde podamos buscar nuestras propias soluciones a los males de la injusticia y la desigualdad, que son ellos fuente de donde beber para mantener la esperanza de que de la costra putrefacta colonialista que cubre la conciencia de la mayoría de nuestro pueblo, y que del fruto del trabajo de los representan esta patria, resurja el país que soñamos y anhelamos.
De las cenizas, como el ave fénix, resurgirá la patria liberada.
Muchas gracias.
Leídas por la maestra de ceremonia
Linda Alonso Lebrón
Secretaría de Asuntos de la Mujer
Partido Nacionalista de Puerto Rico
Como parte de las responsabilidades de Don Carlos fue el de conservar unas reliquias-que hoy tenemos aquí- que nos traerán a nuestra mente la imagen sacrificial de aquellos(as) que, mirando la muerte a los ojos y sin tener con que defenderse tuvieron el valor de dar un paso hacia ella, al escuchar la orden de “marchen” para mantener el ejemplo de respeto a la dignidad nacional y a que sus hijos se expresaran en aquella manifestación terminada en masacre.
La persistencia en su lucha por la universidad caracterizo su vida. Hoy la universidad continua en su que ha tomado décadas. Como parte de esa lucha hemos tenido mucha represión, pero también hemos tenido mucha firmeza, mucho valor de parte de los estudiantes para enfrentar las consecuencias. Hemos identificados a un estudiantes atleta que fue sancionados cancelándole su participación en las próximas Justas Intercolegiales por haber mantenido la firmeza y valor de asumir las consecuencias de sus actos. Nos referimos a Hilton Antonio Fernández , seleccionado para que sea él quien, en ceremonia reciban de las hijas de Carlos Carrera, María y Carlota Carrera, estas reliquias y traspase rifles de los cadetes que participaron en esta misma esquina a los cadetes actuales del Partido Nacionalista, como símbolos de valor y sacrificio. Muchas gracias.
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