Por Narciso Isa Conde
El Estado francés ha destinado ocho mil soldados a hacer la guerra en la
denominada periferia tercermundista, subordinándose a EEUU y jugando un papel
destacado en los bombardeos de la OTAN contra ciudades, poblaciones y
estructuras, que procuran caotizar esas sociedades e intentar controlar territorios
preñados de petróleo, gas, litio, titanio, uranio, cobalto, oro, agua… o
situados en puntos de alto valor geo-político planetario y rutas de tráficos diversos.
Cinco mil de ellos están en África y otros en Asia Central y Medio
Oriente, resaltando el rol francés en la destrucción del Estado Libio y junto a
la OTAN en Siria, previo involucramiento en el plan imperial para depredar IRAK
y AFGANITÁN.
Así, el Estado francés del siglo XXI ha proclamado su supuesto horror
por el terror y su hipotético amor por la libertad; mientras se ha embarcado en
la guerra mundial de “cuarta generación” contra los países periféricos del
sistema y en la fascistización del dominio del imperialismo occidental
comandado por EEUU; todo a nombre de la supuesta superioridad de la
civilización blanca y cristiana que
ellos encarnan.
A esa estrategia sirve el desprecio a las demás civilizaciones y el
racismo practicado dentro y fuera de sus fronteras, muy especialmente la
islamofobia y su construcción ideológica en torno al fanatismo religioso como
causa del terror, que incluye un capitulo especial contra el “terrorismo
islámico” en sus medios de difusión.
La satanización del islamismo está siendo potenciada manipulando la
cruel agresión a CHARLIE HEBDÓ; entidad víctima de una suerte de neofascismo interesado
en castigar a bufones populistas al servicio de la corte imperial y, de paso,
potenciar el nazi-racismo para agravar la sobre-explotación de la emigración de
origen musulmán e incrementar la cruzada guerrerista y el saqueo destructivo
ejecutado por los Estados europeos occidentales en países de cultura islámica,
como contrapartida a sus graves dificultades derivadas de la recesión y las
divisiones que conturban su alianza continental.
La sospecha de un montaje perverso
en este caso crece al develarse que los hermanos SAID KOUACHI -capturados y
ejecutados luego de sindicársele sumariamente como responsables del mismo-
fueron previamente reclutados por la policía francesa para penetrar el yidaísmo.
La versión de su detección por supuestamente dejar abandonado un carnet
de identificación en el lugar de los hechos, se parece demasiado al cuento de
la localización del secuestrador de uno de los aviones de las Torres Gemelas;
acto brutal usado para justificar la guerra global infinita que sigue en marcha
ascendente.
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