Por Olmedo Beluche
A los
estudiantes normalistas de Ayotzinapa,
seguimos
buscándolos, seguimos su lucha
Para
describir la situación de Puerto Rico, en 2014, podemos recurrir a los precisos
y conmovedores versos de Rafael Hernández Marín en su "Lamento
borincano", escrito en 1929, cuando dice: "Y triste, / el jibarito va
pensando así, / diciendo así, llorando así por el camino: / "¿Qué será de
Borinquen mi dios querido?/ ¿Qué será de mis hijos y de mi hogar?".
Una crisis
económica y social se abate sobre el "Estado Libre Asociado",
eufemismo con que el imperialismo norteamericano trata de disfrazar el régimen
colonial bajo el cual somete a la isla desde 1898. Las políticas neoliberales
que empezaron a imponerse desde la década del 80 del siglo pasado, combinadas
con la crisis económica mundial, que golpea con fuerza desde 2008, llevan al
régimen colonial de Puerto Rico a una situación insostenible que podría
explotar en cualquier momento.
La
privatización de las empresas públicas, de la industria estatal, de los
servicios y hasta de las carreteras, ha disminuido los ingresos del gobierno
estatal que no provienen directamente de impuestos, llevando al estado
borinqueño a una crisis fiscal enorme que se está cargando sobre las espaldas
de la clase trabajadora. Según reporta el diario El Nuevo Día, los déficits
presupuestarios se vienen resolviendo cada año mediante la adquisición de
nuevos empréstitos (22.845 millones desde el año 2000) hasta alcanzar la deuda
la cifra de 72.000 millones de dólares y 3,7 mil millones anuelas en intereses
(END, 7/11/14).
Deuda que,
según la Constitución Política colonial impuesta en 1952, el estado debe saldar
a los bonistas con prioridad sobre las necesidades vitales de la población.
Deuda que ha llevado al actual gobernador, Alejandro García Padilla, del
Partido Popular Democrático (PPD) a lanzar una feroz contención del gasto público
y a proponer un alza de impuestos al petróleo que subirá el combustible en un
40%, pasando de 9,25 a 15,50 dólares por barril que entre al país, en un
momento en que hay una baja considerable de su precio internacional.
De acuerdo
al gobernador y sus asesores, el alza impositiva es necesaria para salvar a las
tres instituciones de servicios que administra de la ruina y nuevas
privatizaciones: la Administración de Seguros de Salud (ASES), la Autoridad de
Carreteras y Transporte (ACT) y la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE). Este
enfoque de la política económica ha llevado la tasa de desempleo a una
fluctuación entre 13 y 15 %, a una alta dependencia de la población del sistema
de subsidios federales al desempleo (sistema de "cupones") y a una
migración hacia Estados Unidos que promedia los 3.000 jóvenes por mes.
Según las
encuestas de El Nuevo Día, el 60% de la población puertorriqueña desaprueba la
gestión del gobernador García Padilla; el 92 % cree que las cosas van mal o muy
mal; el 93% cree que su situación está ahora peor o igual a hace un año; y el
79% cree que la cosa estará peor dentro de otro año (END, 8/11/14).
La
oposición parlamentaria, del también derechista Partido Nuevo
"Progresista" (PNP), procura
bloquear las reformas del PPD, más por tácticas electoreras que por principios,
y su única propuesta de fondo frente a la crisis es promover la
"estadidad" de Puerto Rico, es decir, pasar de "Estado Libre
Asociado" a ser un estado de pleno derecho de los Estados Unidos de
América. Pese a que al PNP le coquetean sectores republicanos, la cuestión es
que la nueva correlación de fuerzas en el Congreso federal, tras los resultados
del 4/11/14, no parecen favorecer a los anexionistas.
El Partido
Republicano, cuya ala extremista (el Tea Party) se ha opuesto a cualquier
reforma migratoria que permita legalizar a los 50 millones inmigrantes
latinoamericanos residentes en Estados Unidos, ¿va a favorecer la estadidad de
Puerto Rico para sumar de golpe a 4 millones de latinos más con plenos derechos
políticos y sociales? No parece lógico.
Aunque el
histórico Partido Independentista desapareció electoralmente al no obtener el
3% requerido por la legislación en los comicios de hace dos años, en el
horizonte político despuntó un proyecto de partido político de corte clasista,
el Partido del Pueblo Trabajador (PPT), dirigido por el profesor Rafael
Bernabe, el cual tampoco subsistió pero insiste en su reinscripción de cara a
los próximos comicios. No le fue tan mal al obtener una concejalía en el
municipio de Vieques.
El
sindicalismo clasista lucha en Borinquen
Puerto Rico
cuenta con una larga tradición de lucha sindical de sus trabajadores y sectores
populares. De época reciente, la que todo el mundo recuerda es la "Huelga
del Pueblo" contra la privatización de la empresa telefónica en 1998, cuyo
combativo sindicato contó con la amplia solidaridad popular, aunque
posteriormente fuera derrotada. Los estudiantes de la Universidad de Puerto
Rico protagonizaron una huelga combativa con ocupación del recinto de Río
Piedras hace un par de años. Este año los docentes estuvieron en una huelga por
mejoras salariales.
La Unión de
Trabajadores de la Industria Eléctrica y Riego (UTIER) y su presidente Ángel
Figueroa Jaramillo son el referente del sindicalismo clasista que enfrenta las
medidas neoliberales que golpean los derechos de la clase trabajadora
borinqueña. Jaramillo, como le llama todo el mundo en la isla, nos explica que
UTIER practica el sindicalismo bajo el "principio de la lucha de clases no
economicista que trasciende a la solidaridad con otros sectores".
Principio que los llevó a romper con AFL-CIO y relacionarse con la Federación
Sindical Mundial.
Jaramillo
traza la historia de UTIER desde que se nacionalizó la industria eléctrica en
1942, dividiéndola en dos momentos, el del establecimiento de las conquistas y
derechos que se transformaron en derechos laborales para el conjunto de la
clase (bono navideño, estabilidad laboral, sistema de pensiones y retiro, etc.)
período que dura hasta inicios de los 70, y el de la defensa de los derechos
frente a los ataques neoliberales, desde entonces hasta el presente, con cuatro
grandes huelgas (1973, 1977, 1981 y 2012).
El
presidente de UTIER explica que frente al déficit del estado, el gobierno
pretende reducir en 1.000 millones el presupuesto, lo cual afecta la calidad de
los servicios públicos por la reducción del personal necesario, pero lo más
grave ha sido la imposición de la Ley 66 de "Sostenibilidad Fiscal y
Operacional del Gobierno", contra los derechos adquiridos de 160 mil
empleados públicos y sus familias y otros 55 mil empleados municipales.
La Ley 66
pretende que los sindicatos acepten la suspensión provisional de algunos
derechos refrendados por las convenciones colectivas a cambio de la supuesta
estabilidad laboral. Es una negociación con una pistola en la cabeza, pues la
misma ley establece que, mientras los sindicatos están obligados a ceder
derechos (al menos hasta julio de 2017), las corporaciones públicas no están
obligadas a respetar ningún acuerdo y pueden imponer continuamente nuevos
ataques a derechos adquiridos.
Desde la
UTIER se promueve el reagrupamiento no sólo del sindicalismo clasista y
combativo, con la Coordinadora Sindical, sino con otros movimientos sociales y
políticos a través de instancias como el Frente de Solidaridad y Lucha.
Vieques
sigue luchando y confrontando al Pentágono
Junto con
la lucha contra la privatización de la telefónica, alrededor del año 2000, la
otra gran lucha que estremeció a Puerto Rico y levantó la solidaridad de
Latinoamérica y el mundo, fue la de la comunidad de la isla de Vieques
exigiendo a las fuerzas armadas de Estados Unidos cerrar sus bases militares y
descontaminar los polígonos de tiro. Esa lucha se transformó en victoria en
2003, cuando las bases militares fueron cerradas y cesaron los bombardeos de
práctica.
La señora
Carmen Valencia, de 70 años, cuenta cómo Vieques era una isla dedicada
mayormente al cultivo de la caña de azúcar, labor a la que se dedicaba su padre
hasta los años 40, cuando llegó la marina, cerró los ingenios y se apoderó de
dos tercios de la isla para bases militares y polígonos. "Sin luz ni
abanico, teníamos que encerrarnos en la casa a las 5 de la tarde, por los
abusos que cometían los militares contra las mujeres".
La lucha de
Vieques continúa en la actualidad exigiendo la descontaminación adecuada de los
polígonos de tiro. La reverenda Eunice Santana Melecio señala: "... la
respuesta del imperio en cuanto a la limpieza e los terrenos no deja de
sorprendernos e indignarnos. Comprueba el menos precio que le tiene a la vida,
la avaricia desmedida que siempre le empuja a gastar lo mínimo y la forma
manipuladora y tramposa de actuar para no cumplir con los requisitos básicos de
decencia y humanidad" (Compartir es Vivir, oct. 2014).
Eunice
narra cómo la supuesta descontaminación ejecutada por el Pentágono consiste en
quemar al aire libre la bombas ara hacerlas explotar, con lo que esparce sus
contaminantes; como sigue hundido en una bahía de Vieques el USS Killen, usado
en prácticas con armas nucleares y cargado con 200 barriles cuyo contenido se
desconoce; cómo la Laguna de Anones, "el lugar más contaminado" se le
ha abierto un canal que desahoga sus tóxicos al mar.
La
compañera Nilda Medina explica que el problema no sólo es la descontaminación,
sino que no hay adecuados servicios médicos para los muchos casos de cáncer y
otras enfermedades que padece la población. A lo que hay que agregar los
múltiples problemas sociales de una población que sigue perdiendo sus formas de
vida, ahora a manos de un creciente turismo controlado por y al servicio de los
norteamericanos.
Algo se
mueve en el movimiento independentista
Un
observador lejano podría suponer que el tema del independentismo y la
descolonización serían temas subversivos y prohibidos en Puerto Rico, pero
sucede todo lo contrario, la memoria histórica y la reivindicación de los
próceres boricuas está en todas partes. En muchas esquinas puede uno encontrar
monumentos a Betances, Hostos e incluso a Albizu. En Ponce, por ejemplo, se ha
inaugurado un Museo Casa de la Masacre, ocurrida allí en 1936 contra activistas
del Partido Nacionalista de Albizu por parte de la policía colonial.
Los
independentistas alegan que el principal factor que impide un vuelco masivo
hacia la independencia de Puerto Rico, es la propia crisis económica y la
dependencia un gran porcentaje de la población del sistema de cupones
federales, lo cual crea una cultura y actitud muy conservadora, entre personas
desclasadas. También la delincuencia, la inseguridad y el narcotráfico
constituyen una epidemia que debilita las fuerzas de la nación boricua.
Francisco
Torres, presidente actual del Partido Nacionalista, continuador de la lucha de
Albizu, Lolita Lebrón y otros, explica que en este momento se ha constituido
una Mesa de Diálogo Independentista para tratar de unir a este fragmentado
segmento de la sociedad. Al menos diez organizaciones participan de esta mesa:
el Partido Nacionalista, el PRT- Macheteros, el MINH, el Frente Socialista,
entre otras. Se han establecido seis puntos de discusión con miras a un
acercamiento programático que permita la acción conjunta del independentismo.
Por otro
lado, un grupo todavía minoritario, encabezado por Nelson Canals y Ramón
Nenadich, ha lanzado la propuesta osada de fundar de hecho el Estado Nacional
Soberano de Borinken, desconociendo al gobierno colonial y actuando como un
gobierno paralelo entorno al cual se unifique el independentismo mediante una Asamblea
Nacional del Pueblo Boricua.
La
declaración constitutiva del Estado Nacional Soberano de Borinken su decisión
se apoya en "la autoridad que emana de ser los únicos y legítimos
herederos y dueños de esta tierra... no existen lazos coloniales que nos
aten y nos subordinen a las leyes y
designios de los Estados Unidos de América; No reconocemos la autoridad ni la
legalidad del Gobierno Colonial...", para lo cual solicitarán el
reconocimiento de todos los organismos internacionales, empezando con los de
nuestro continente.
Por
supuesto que esta propuesta, para que sea más que una declaración, requiere que
cale, sea aceptada y permita unificar al conjunto del movimiento
independentista, para luego ser asumida por la población que, hoy por hoy, no
la conoce. Si superara estos escollos podría ser un equivalente de lo que fuera
la OLP para los palestinos antes de los acuerdos de Oslo.
Pase lo que
pase, suponemos que la debacle final del régimen colonial provendrá de una
combinación dialéctica entre la lucha social y obrera anticapitalista con las
demandas por la autodeterminación e independencia nacional. En ambas, el pueblo
de Borinken cuenta con el apoyo incondicional de sus hermanos de Latinoamérica.
Panamá, 10 de noviembre de 2014.