Aquel “corte”, el de Trujillo, dicen que se llevó unas veinte mil cabezas haitianas, procedentes de la heroica matria que desbrozó el camino de la primera independencia latino-caribeña y realizó la primera revolución antiesclavista en el “nuevo mundo”. Una de la más hermosa y justiciera insurrección negra que ojos humanos hayan visto.
Rafael Leónidas y Héctor Trujillo en plena tiranía
Pero en
verdad han vuelto a coger un vuelo inusitado en esta “hora de los hornos”, de
esta desgarradora era neoliberal del capitalismo decadente. Los colmillos del
racismo y la xenofobia se afilan, y crece una especie de neo-nazismo con rasgos
propios por países y regiones, que se convierte en corrientes políticas con
tendencia a fundirse con los Estados.
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